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Un préstamo es dinero que debes devolver en un plazo con intereses. Hay distintos tipos según su uso y condiciones:

Préstamo Personal

No necesitas dejar una garantía y puedes usarlo para cualquier gasto, como emergencias o consolidar deudas. Generalmente, tiene tasas de interés más altas.
Ejemplo: Pides $20,000 y lo pagas en 24 meses con intereses del 30% anual.

Préstamo Hipotecario

Es un crédito a largo plazo para comprar una casa o departamento. La propiedad queda como garantía hasta liquidarlo. Tiene tasas de interés más bajas, pero los plazos son largos.
Ejemplo: Compras un inmueble de $1,000,000, el banco financia el 80% y pagas el resto como enganche.

Préstamo Automotriz

Es un crédito diseñado para comprar un auto. Generalmente, requiere enganche y plazos de pago de hasta 5 años. Mientras pagas, el coche sigue siendo garantía.
Ejemplo: Compras un auto de $300,000, das un enganche y el resto lo pagas en 60 meses con intereses.

Crédito Revolvente (Tarjeta de Crédito)

No tiene un monto fijo, puedes usarlo y pagarlo según tu capacidad. Si no liquidas el total cada mes, generas intereses altos.
Ejemplo: Si gastas $5,000 y solo pagas el mínimo, la deuda puede crecer debido a los intereses acumulados.

Préstamo de Nómina

Está ligado a tu salario y se descuenta automáticamente de tu cuenta. Es rápido de obtener, pero puede reducir tu liquidez.
Ejemplo: Pides $50,000 y cada quincena te descuentan una parte de tu sueldo hasta liquidarlo.

Conclusión: Antes de pedir un préstamo, revisa tasas de interés, plazos y costos extra para elegir la mejor opción sin comprometer tus finanzas.